Ir dentro de un auto en movimiento sin mucho que hacer, a veces nos da tiempo de observar lo que pasa a nuestro alrededor. Para mi sorpresa y desagrado el panorama es poco alentador, un auto que pasa y un personaje que saca su peluda mano y tira por su ventana una pequeña bolsa con desperdicios, todavía no salgo de mi enojo cuando observo la orilla de la calle y abundan las latas, botellas, papeles sueltos. Decido cerrar la ventana pero el sinsabor que me queda no me permite terminar mi viaje tranquila.
Por un momento se han detenido a pensar si cada uno tuviera el mal y desagradable hábito de tirar los desperdicios por la ventana de su auto, como estuvieran las calles, y que pasa si el Municipio no tuviera la responsabilidad de recoger estos desechos, me pregunto yo si estaríamos dispuestos a vivir, comer y pasear entre residuos y basura, quizás y muy probablemente entre malos olores y vectores.
Debemos tomar conciencia y aportar con nuestro pequeño grano de arena para hacer de nuestro hábitat, si señores hábitat porque somos animalitos de la creación, solo que con capacidad de pensamiento y discernimiento. Como les decía hacer de nuestro espacio, hábitat, hogar o como lo quieran llamar, un lugar agradable, feliz y sano.