Una flor diente de león, me traslado a mi infancia, en casa de mis papás siempre han habido y yo era de las que las correteaba sólo para soplarlas y ver sus avioncitos volar, que grato recuerdo, pues ya que estoy haciendo un viaje al pasado a través de mis recuerdos no puedo dejar de mencionar las cigarras o como los conocemos aquí en Veraguas, los famosos totorrones, estos pequeños que con sus conciertos de cuaresma le alegraban la vida a más de cuatro, pero a otros tantos se la amargaban, pues lástima que se estén perdiendo este tipo de alegrías que quizás ya sólo recuerden personas de mi generación, puesto que vivencias como esas en la juventud que hoy florece, han sido reemplazadas poco a poco por nintendos, el facebook, el twitter y otras redes sociales, espero que cuando Dios me de la dicha de ser madre, pueda yo inculcar a mis hijos las bonitas costumbres y vivencias que gracias a Dios tuve la oportunidad de vivir, y sobre todo que aún conservemos las bellezas que generosamente y de forma gratuita nos ofrece la madre Naturaleza.
